miércoles, 13 de enero de 2016

Fragmento de mi libro EL REINO DE AKABA



(En EL REINO DE AKABA, las emociones también tienen cabida)


















Fragmento intimista...

"porque junto a la aventura trepidante, al lado de la épica sin pausa y de la acción, la ternura siempre encuentra un hueco."


Hace muchos años, cuando era realmente pequeño y aún no sabía vestirme sin ayuda, mi madre, después del baño diario, me subía a la mesa de la cocina para abrazarme.
La mesa blanca e inmaculada en la que me sentaba, se hallaba enfrente de un enorme y antiguo fogón de carbón, que como se mantenía encendido durante todo el invierno para calentar la casa, era utilizado además para preparar las comidas y las cenas en grandes calderos distribuidos por toda la superficie.
Una vez asentado mi pequeño cuerpo en la mesa, mi madre comenzaba a contarme una historia que me mantenía embelesado mientras ella me colocaba los calcetines. Me frotaba el pecho y el cuello con colonia y me peinaba el cabello con un peine de plástico.
Cada día era una historia diferente, y cada cual más bonita. Todas ellas producto de la mente y el amor que ponía mi madre en ello.
No me costaba nada imaginarlas porque su relato se me hacía ameno y entretenido y me trasladaba cada día a los más insospechados lugares del mundo, haciéndome convivir con los más enigmáticos y divertidos personajes que puedas imaginar. Reinos secretos, maravillosas criaturas celestiales o que habitaban en lo más profundo de la Tierra y de las simas marinas. De todos los colores y estaturas. Con magia y a veces sin ella. Con sentimientos humanos o más frías que el hielo. Unas volaban y otras caminaban a saltos. Las más, sufrían tremebundos avatares en sus largas vidas; las menos, pasaban por la historia como un leve suspiro, sin más trámites, sin pena ni gloria. Eran un relleno seguramente, pero le daban tanto sentimiento y riqueza al relato...

En fin, esos momentos y otros muchos parecidos, con el mismo contenido intimista y mágico, han sido los que han alimentado en mí, durante toda la vida, un afán inusitado por todo este mundo de la imaginación y la fantasía.




(Una madre siempre será una guerrera, una valkiria invencible)