domingo, 18 de enero de 2015











 Fragmento del libro

 LOS AMANTES 
 INFINITOS



 
Después de ti no hay nada.
Bendita por siempre sea tu sonrisa por tanto como me hizo sentir.
Regálame siempre tu mirada y así nunca me sabré solo.
Acaricia mi rostro y mi cuerpo con tu pensamiento, pues ese es el alimento que necesito y no otro.
Tu fuiste para mi aquel sueño imposible que todo hombre debiera perseguir, aún lo sigues siendo, lo seguiré persiguiendo sin desfallecer.
Vuelve la cabeza de vez en cuando para comprobar que te sigo.
Si me ves desfallecer ralentiza el paso y permite que te alcance.
Dame tu mano fuerte y segura, enlaza mis dedos.
Cuando el camino esté gris y oscuro abre por favor los párpados y así podré ver claramente qué rumbo debo seguir. Esos preciosos ojos iluminarán mis pisadas y no me perderé jamás.
Encontré el sentido de mi vida, nací para quererte.
He crecido como hombre para saber amarte y la vida me permitió el don de la palabra para poder expresarte aquello que no puede ocultar mi cara.
Sé para qué vivo. Vivo para entregarme a ti, en cuerpo y alma. “

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