Fragmento del libro
LOS AMANTES
INFINITOS
“ Después de ti no hay nada.
Bendita por siempre sea tu sonrisa
por tanto como me hizo sentir.
Regálame siempre tu mirada y así
nunca me sabré solo.
Acaricia mi rostro y mi cuerpo con
tu pensamiento, pues ese es el alimento que necesito y no otro.
Tu fuiste para mi aquel sueño
imposible que todo hombre debiera perseguir, aún lo sigues siendo,
lo seguiré persiguiendo sin desfallecer.
Vuelve la cabeza de vez en cuando
para comprobar que te sigo.
Si me ves desfallecer ralentiza el
paso y permite que te alcance.
Dame tu mano fuerte y segura,
enlaza mis dedos.
Cuando el camino esté gris y
oscuro abre por favor los párpados y así podré ver claramente qué
rumbo debo seguir. Esos preciosos ojos iluminarán mis pisadas y no
me perderé jamás.
Encontré el sentido de mi vida,
nací para quererte.
He crecido como hombre para saber
amarte y la vida me permitió el don de la palabra para poder
expresarte aquello que no puede ocultar mi cara.
Sé para qué vivo. Vivo para
entregarme a ti, en cuerpo y alma. “
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