Reseña
Literaria
Luna
de lobos
de
Julio Llamazares
Como
han señalado ya con anterioridad algunas crónicas de la guerra
civil española, ésta, en realidad, no finalizó el 1 de abril de
1939. Determinados grupos de combatientes republicanos no dieron la
guerra por perdida y continuaron activos durante muchos años con
posterioridad a esta fecha, peleando contra el régimen de Franco a
su manera y con los escasos medios con los que contaban, sin más
ayuda externa que la que les proporcionaban los familiares de estos,
los cuales, a su vez, intentaban sobrevivir a toda costa a pesar de
las persecuciones que también sufrieron. También hubo amigos y
vecinos de estos que se jugaron la vida por ellos, tan derrotados
por la guerra como lo habían sido ellos mismos.
Julio
Llamazares narra una dramática historia en “Luna de lobos” y la
centra en las vivencias sufridas por uno de estos grupos de hombres,
localizándola en una comarca minera de León (de la que él es
oriundo y por lo tanto, gran conocedor de su orografía) pero que
podría haberla ubicado perfectamente en otras muchas zonas del norte
de España que vivieron historias parecidas.
“Luna
de lobos” es una drama épico que adopta la forma de prosa poética,
en dónde Julio Llamazares muestra la calidad de su rico repertorio
de lenguaje descriptivo y de gran conocedor de las emociones humanas.
Esta
narrativa fácil y sencilla de Llamazares nos transporta en volandas
por el texto y nos ameniza hasta su desenlace. El libro no es muy
extenso, la bella palabra del autor lo convierte en un suspiro de
lectura que con seguridad le sabrá a poco.
Ángel
es un combatiente republicano que se rebela contra el resultado final
de la guerra, confiado aún en una ayuda exterior que apoye y
provoque desde fuera, la caída del régimen golpista de Franco. Él,
junto a otros miembros del ejército vencido, vecinos y amigos desde
siempre, se echan al monte a continuar con la lucha.
En
una narración que se formaliza en primera persona, la voz de uno de
los miembros integrantes de uno de esos grupos de luchadores
libertarios, nos acerca a todos aquellos que tuvieron un sueño
imposible de concretar, desde el mismo principio de esa apuesta.
Es
la existencia de estos hombres la que se cuenta. El lector se
traslada a la intemperie de la montaña en la que viven durante años,
sufriendo las penalidades del invierno sin alimentos apenas y sin
techo que les cobije, sufriendo la persecución de los vencedores de
manera implacable y sin el más mínimo asomo de indulgencia.
Ese
acoso continuo hace que paulativamente esos hombres vayan perdiendo
su humanidad, dando paso con el transcurso del tiempo a una
existencia más parecida a la vivida por los animales salvajes.
Así,
Ramiro, otro de los personajes sometido a la tiranía de la soledad
de los montes y al acoso de los guardias civiles, expresa en forma de
metáfora, como cruel realidad y como si de lobos se tratase, todo lo
que eso hombres fugitivos pueden esperar de sus perseguidores, lo que
les aguardaría en esa existencia tan primaria:
“Allí
cazan los lobos todavía como los hombres primitivos: acorralándoles.
Tocan un cuerno cuando le ven y todos, hombres, mujeres y niños,
acuden a participar en la batida. (...) La estrategia consiste en
acechar al lobo y empujarle poco a poco a un barranco en cuyo extremo
está lo que llaman el chorco: una fosa profunda y oculta con ramas.
Cuando el lobo, al fin, ha entrado en el barranco, los hombres
comienzan a correr detrás de él dando gritos y agitando los palos y
las mujeres y los niños salen de detrás de los árboles haciendo un
gran estruendo con las latas. El lobo huye, asustado, hacia delante y
cae en la trampa. Le cogen vivo y, durante varios días, le llevan
por los pueblos para que la gente le insulte y le escupa antes de
matarle."
Ángel
irá quedándose solo en la montaña y también en su ánimo.
Comenzará entonces una lucha interior en la que deberá decidir si
quiere vivir o no, y como debería vivir entonces.
Así
reflexiona Ángel, personaje principal de esta novela tan emotiva y
humana.
“Juana
tiene razón. No puedo permanecer eternamente aquí, tumbado como un
muerto boca arriba, sin luz, sin esperanza, con la mirada y el
corazón, siempre prendidos del vacío.”
“Luna
de lobos” es una obra de arte de la prosa poética. No en balde,
Julio Llamazares es también un poeta insigne que conoce bien al ser
humano y las circunstancias y complejidades que le rodean.
Los
personajes principales son enormes, son complejos y sinceros.
Podríamos perfectamente identificarnos con ellos si nos hubiese
tocado vivir sus vidas.
“Luna
de lobos” invita al lector a trasladarse a los montes y a los
valles de un lugar muy concreto de la península, en dónde
ocurrieron muchas cosas, en una etapa histórica de España de la que
nadie debería olvidarse, para no tener que repetirla nunca.
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